Lucía Pagliero

JUEGO DE SEDUCCIÓN

Receta para crear una teoría conspirativa:

Ingredientes:

  • Creatividad.
  • Persuasión.
  • Seguridad.
  • Indiferencia por la humanidad. 

Preparación:

      1 – Seleccionar un hecho real, preferentemente uno caótico e impactante, del cual la sociedad, con incertidumbre, exija una explicación y modificar sus causas de tal forma que sea más seductora que la realidad, que sea fascinante, atrapante, y entendible por todos (construir una verdadera hipótesis ad hoc).

      Para inspirar dejo ejemplos de conspiraciones inocentes: La tierra es plana, los Simpson predicen el futuro, Elvis Presley y Michael Jackson están vivos.

      De peligrosas: Los Protocolos de los Sabios de Sion que fueron maliciosos en 1902, pero en la actualidad son los antivacunas, que constituyen una amenaza latente para la humanidad, ya que atentan contra la salud pública. También, los casos Santiago Maldonado, Ara San Juan, y muchos otros que condujeron a culpar inocentes, en estos, al Estado.

      De antiguas: La existencia de una luz mala que aparece por la noche en campos alejados de la ciudad.  Y la histórica, la presencia de un ser maligno, superior, capaz de castigar al humano por sus acciones, llámese Diablo, Satanás, Mara, Yama, Lucifer.

      Consejo: No mezclar religión, creer sin ver, fe y espiritualidad, con conspiraciones sociales, ver para creer. Nada que ver, Popper.

      2- Buscar evidencias. No se engañe, la sociedad no se conforma sencillamente. Las pruebas deben ser contundentes y creíbles. No importa si hay que modificar datos, mentir o usar Photoshop, hay que presentarlas como factibles. Una teoría conspirativa no es fácil de sostener, como muchos alegan, dado que el uso de internet posibilita las comparaciones y comprobaciones de los relatos, eliminando así el dogma de la irrefutabilidad.

      3- Sumar adherentes. Las razones por las cuales las conspiraciones arraigan son variadas, la desconfianza en las autoridades, la inseguridad en uno mismo, la imposibilidad de aceptar la realidad, la necesidad de tener poder, la creencia en una fuerza oculta que lo rige todo, el abandono, la falta de educación, el dinero. La gente no es estúpida; el individuo es víctima o victimario de la sociedad misma.

      Utilizar una o varias a tu favor, y plantear la teoría como canal aliviador y como única alternativa para satisfacer esa necesidad.

      4- Divulgar la idea. A su gusto:

a) Verbalmente.
b) A través de medios televisivos, radiales y/o gráficos.
c) Publicándola en cualquier red social o portal de internet. Recomendados: Facebook, YouTube, Twitter, Wikipedia, Rincón del Vago. Estos sitios son los adecuados, ya que no realizan un control de veracidad de la información, por ello, no importa si la teoría es falsa, igualmente será difundida. Con este recurso, la popularidad está asegurada, dado que la web capta al usuario; su algoritmo detecta a las personas más vulnerables (por las razones explicadas en el punto 3) y se la mostrará cientos de veces de manera que después de un tiempo comience a creer en ella.

      5- Una vez terminada, observar su repercusión social y no hacer nada al respecto.

Advertencias:

      En el caso de que alguien haya leído esta irónica receta, haya creado una teoría conspirativa y haya llegado hacia usted, debe saber que cuenta con muchas herramientas para con-trarrestar su difusión y credibilidad.

      No se deje convencer por aquellos que afirman que “contra la difusión de las teorías conspirativas, poco se puede hacer”, porque lo que buscan es paralizarlo. La educación, el pensamiento crítico, la reflexión, el diálogo, la información obtenida de portales verídicos y seguros, son instrumentos que ayudan a crear una sociedad impermeable a ellas.

      La “navaja de Ockham”, que indica que ante la duda y la igualdad de evidencias entre dos o más explicaciones para un fenómeno, la más simple es la preferible, también es un arma para combatir las conspiraciones, pero en la edad media. Hoy, en la edad digital, aplicarla sería tomar el camino más cómodo, ya que lo llevaría a conformarse con la simple probabilidad. La historia demuestra que la explicación más compleja, inverosímil e improbable puede terminar siendo real.

      Una versión renovada de la anterior, la “navaja de Hitchens”, que expresa que “lo que se afirma sin evidencia puede desestimarse sin evidencia”, intenta ser una herramienta contra las teorías conspirativas, pero no lo es, porque actualmente, son respaldadas con evidencias con fuerte poder de convicción (independientemente de su certeza).

      Para finalizar, propongo como método más eficaz la “navaja de Pagliero”, que implica que ante una versión de los hechos, se debe tomar un rol activo en cuanto a la averiguación acabada del mismo y también un rol pasivo, consistente en abstenerse de difundir relatos si no se puede comprobar su veracidad. Lo fundamental es no dejarse influenciar por corrientes simplemente probables y satisfacernos solo con una verdad demostrada. La teoría del complot no resiste navaja (de Pagliero).