María Belén Grisolía

Realidad seductora.

     El texto “La teoría del complot no resiste navajas” habla de las teorías conspirativas que quieren disimular y hacer dudosas las conspiraciones existentes.

     En el mundo hay miles de teorías conspirativas que quieren explicar un hecho distorsionando lo ocurrido. Muchas veces la realidad es más seductora que lo que las teorías conspirativas quieren decir.

     Mi pensamiento es el contrario, lo que sucede es que las conspiraciones reales son disimuladas con hipótesis simples. Los autores de estas conspiraciones quieren instaurar en la sociedad un hecho diferente a lo que sucedió, quieren ocultar la realidad que es más seductora. Hay que pensar que por algo no quieren que esa realidad salga a la luz, que lo que ocultan es algo más interesante y atractivo, que a ellos los perjudica. Para esto, divulgan excusas simples que son fáciles de entender, hasta para lo más crédulos, y terminan ocultando las verdaderas conspiraciones.

     Esto pasó con el asesinato de Nisman, para ocultar el verdadero hecho, se propuso la hipótesis simple de un suicidio, justificándolo con los desaciertos cometidos judicialmente, las controversias con su mujer, la traición de sus espías, el dolor por la utilización de los medios, la tensión de ir al Congreso a dar explicaciones de la denuncia.

     También ocurrió lo mismo con el asesinato de Nora Dalmasso, para ocultar la conspiración del marido se propusieron varias hipótesis simples sobre quien fue el asesino: el pintor que estaba trabajando en ese momento en la casa; un hombre del entorno social de Nora que luego del asesinato desapareció.

     En estos casos es evidente que con simples hipótesis se quiso ocultar lo que sucedió en realidad. Instaurar en la sociedad que un Fiscal Federal se quitó lo vida es algo simple, que fue asesinado por una denuncia que hizo es más complicado e interesante. Decir que Nora fue víctima de un crimen pasional (como se decía en ese momento) es simple, que haya sido asesinada por el viudo mediante encargo por motivos económicos también es más interesante.

     La sociedad muchas veces se conforma con esas simples explicaciones y no le interesa conocer la realidad. Siempre queremos lo más simple, lo más rápido y con la primera cosa que se diga de algún hecho ya nos conformamos. No nos ponemos a pensar que la realidad puede ser más compleja de lo que se dice, nos quedamos cómodos en nuestros lugares, con las típicas historias que nos dan a conocer, y que al ser simples son fáciles de entender. Terminamos siendo una sociedad conformista.

     Esto es un beneficio para los autores de las hipótesis. Saben que puede realizar cualquier conspiración y que luego divulgando una hipótesis simple, que distorsiona lo ocurrido, la realidad va a quedar oculta. No se tienen que matar pensando en hacer una explicación compleja para ocultar la realidad, porque a la gente lo complejo no le gusta, hasta le molesta. Las teorías simples que imponen son más fáciles de divulgar y de contar, fáciles de asimilar, las cuales se van esparciendo en la sociedad mediante el boca a boca. Una persona lo transmite a otra y así empieza a circular, asemejándose su efecto al de una gran bola de nieve. Entre más personas se unan al rumor, más grande se hace; cuantas más personas lo divulgan, más se afianza su creencia.

     Una gran mayoría de estas historias quedan instauradas en la sociedad y ya se toman por cierto, lo que ellas dicen es lo que paso. La realidad compleja con las conspiraciones quedan olvidadas y solo los involucrados son los que la saben, y en varios casos alguno de ellos está muerto, ya que es común que esto pase cuando hay muertes de por medio, porque los autores siempre van a querer encubrirla.

     Hay que ser conscientes de que las conspiraciones siempre van a existir, pero que muchas veces van a quedar ocultas por simples explicaciones de los hechos.